Partiendo de que todo el mundo conoce y en especial los entrenadores de
jóvenes deportistas, que estos atletas no son “adultos en miniatura”, nos
encontramos ante la posibilidad de despejar toda duda sobre la actividad física
de entrenamiento en pre adolescentes y adolescentes, ya sea con el objetivo de
incrementar la resistencia, potencia o fuerza.
Solo debemos discriminar a la finalidad del entrenamiento especifico, en
otras palabras si es dirigido a un deportista en especial (federado, con
competencia semanal) o si forma parte del programa colectivo de educación
física.
Lo primero que se le viene a la cabeza a cualquier padre que esta en la
situación de decidir si acepta que su hijo reciba este tipo de entrenamiento,
son mitos muy arraigados, como: que su hijo va a quedar más bajo en su talla. Los
huesos no se detienen en su crecimiento por el hecho de entrenar con pesas. No
se producen lesiones epifisarias (la línea cartilaginosa de los huesos en donde
se produce el crecimiento) y tampoco interferencia en el normal desarrollo del
sistema óseo, por el contrario, las deformaciones mecánicas que se producen en
ellos, en especial en el colágeno (fenómeno piezo eléctrico) es vital para la
salud del sistema óseo, por ello, quienes tengan un entrenamiento de la fuerza
en esta edad, tendrán huesos mas anchos, fuertes y compactos, que los
protegerán de posibles lesiones. Queda libre de esta acción mecánica, el
cartílago de crecimiento, que no se ve afectado.
Otra variación que se experimentara
en estos niños es el aumento de peso en los que practican estos
ejercicios, pero es a expensas de un volumen torácico mayor y a la vez
de una mayor capacidad cardio-respiratoria e incremento de la masa musculara en
algunos casos, ya que como dijimos antes, al no afectar el cartílago de
crecimiento, la posibilidad de hipertrofia en muy pequeña.
Por otro lado, es fundamental en
niños que participan de competencias de ligas, ya sea futbol, básquet, etc., la
incorporación de estos sistemas de entrenamiento.

Las ganancias de
fuerza muscular que se experimenten, serán producto de un incremento de la
coordinación y habilidad motora (gesto deportivo) mayor reclutamiento de
unidades motoras y adaptaciones neurológicas específicas (reacción,
propiocepcion, etc.)
Lo que nos e debe
olvidar, es que es solo una parte del entrenamiento, que el acondicionamiento
aeróbico debe practicarse, no con el afán de aumentar el VO2max, ya que
este depende a esta edad del tamaño del corazón y no del
entrenamiento, por lo que su finalidad es la de concientización de la necesidad
posterior en su vida como deportista.
Esta es otra
diferencia marcada en el beneficio del uso de programas de entrenamiento de
fuerza, ya que mediante del entrenamiento anaeróbico regular, nos permite
reducir la grasa corporal, aumentar la masa magra e incrementar el peso magro
corporal.

En este caso es
cuando los padres deben ser celosos a la hora de contratar un entrenador como
así también de inscribir a su hijo en un gimnasio, ya que es común las lesiones
de adultos en estos centros, donde desgraciadamente no cuentan con personal
idóneo.
Para evitar males
ajenos al entrenamiento con pesas, debemos tener en cuenta ciertos criterios:
Realizar
una correcta entrada en calor y mantenerla a lo largo del entrenamiento,
evitando descansos prolongados
Aprender
pacientemente la técnica de cada ejercicio, evitando de esta
manera la adquisición posiciones viciosas y suplencias de movimiento.
Evitar esfuerzos máximos con músculos fatigados. No incrementar más del 10% de la semana anterior.
Evitar el trabajo sobre el dolor muscular. Esto llevaría a las lesiones de forma precoz.
No sobrecargar la columna vertebral. La presión en los discos intervertebrales no debe sobrepasar ciertos límites y no es necesario a esta edad semejante stress. Existes aparatos ergo métricos que protegen esta estructura (selección del gimnasio)
Movilidad máxima de la columna.
Evitar esfuerzos máximos con músculos fatigados. No incrementar más del 10% de la semana anterior.
Evitar el trabajo sobre el dolor muscular. Esto llevaría a las lesiones de forma precoz.
No sobrecargar la columna vertebral. La presión en los discos intervertebrales no debe sobrepasar ciertos límites y no es necesario a esta edad semejante stress. Existes aparatos ergo métricos que protegen esta estructura (selección del gimnasio)
Movilidad máxima de la columna.
Reforzar la musculatura abdominal y dorso-lumbar, seguido de los
estiramientos después de finalizar cada
sesión.
Mantener la columna en posición centrada, de lo contrario se producirían actitudes deformantes (cifosis, hiperlordosis).
Buscar posiciones aislantes en ejercicios de cadena abierta.
Mantener fijo y estable el centro de gravedad.
El entrenamiento con pesas es un ejercicio anaeróbico, por lo cual no requiere de grandes inspiraciones, solo la necesaria para bloquear el tórax.
Mantener la columna en posición centrada, de lo contrario se producirían actitudes deformantes (cifosis, hiperlordosis).
Buscar posiciones aislantes en ejercicios de cadena abierta.
Mantener fijo y estable el centro de gravedad.
El entrenamiento con pesas es un ejercicio anaeróbico, por lo cual no requiere de grandes inspiraciones, solo la necesaria para bloquear el tórax.
Inspiración y
expiración selectiva, teniendo en cuenta la situación del diafragma.
Conclusión: siempre
que contemos con el personal (entrenadores, profesores, etc.) idóneos, podremos
mediante el uso de programas específicos de fuerza, mejorar las condiciones
atléticas de nuestros hijos y su vida en relación.
El riesgo no está en
el ejercicio de fuerza, sino en el error del instructor.
Claudio
Carrizo
Lic. Kinesiología y Fisioterapia
PhD. Medicina Estética
Lic. Kinesiología y Fisioterapia
PhD. Medicina Estética
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