Se reconoce como linfedema a la acumulación de líquido intersticial, rico
en proteínas, que causa un cuadro caracterizado en los miembros por
tumefacción, debido a una deficiente actividad del sistema linfático o ausencia
del mismo.

Esta función es vital, ya que el sistema linfático recolecta el 50 % de las
proteínas necesarias para la vida por día, por lo que su colapso o mal funcionamiento
se manifiesta de manera notable. Al no poder recolectarse las proteínas, se
altera el balance de fluidos en el espacio intersticial, ya que las proteínas
atraen líquido. Esto provoca el edema, al sobrepasarse el 10 % del tamaño
normal del miembro afectado se denomina linfedema.
La atención es urgente, salvo en una raza de la isla de Guam y algunos
países de África y pacífico del sur, donde los habitantes nacen con
una filariasis que a lo largo de la vida le producen eventos de elefantiasis
bipodálicos que rápidamente se reducen sin mayores complicaciones. No es el
caso del edema por claudicación del sistema linfático, ya que no se reconoce
otro medio de recolectar esas proteínas y que en muchos casos es incompatible
con la vida.
El edema es espontáneo, progresivo y de rápida evolución hacia la
cronicidad e irreversibilidad si no es tratado.
Al principio mejora con la posición de decúbito y se presenta blando al
tacto y elástico. En caso de no ser tratado comienzan las transformaciones y
con ellos las complicaciones. Aparecen cambios en el tejido epitelial como la
formación de verrugas y condilomas, creando un medio propicio para las
infecciones bacterianas y fúngicas. El edema se torna rígido y fibroso a la
palpación.
Podemos reconocer dos tipos de edemas, el primario, que se presenta por una
insuficiencia de las vías linfáticas, mala formación o la falta de desarrollo
de algunos de los componentes. Este tipo primario de edema se lo puede dividir
según la edad de aparición en congénito (agenesia de Mirroy, factor
hereditario autosómico), en temprano o precoz de la adolescencia y en tardío en
la edad adulta.
Los linfedemas secundarios, son los adquiridos, generalmente a consecuencia
de que las estructuras linfáticas han sido destruidas o alteradas por cirugías,
radiaciones, metástasis, infecciones o por un evento inflamatorio.
En estos casos la evolución puede ser precoz, en las primeras semanas
después de la causa de producción y es transitorio o tardío y se presenta a los
seis meses de la causa originaria.
En todos los casos los trastornos ocasionados, están marcados por las
alteraciones funcionales y los trastornos psicosociales de la manifestación
clínica. El tejido lesionado presenta un bajo trofismo y una tendencia a la
necrosis en los períodos de la inmovilización.
La frecuencia dedicada por la terapia, es diaria y el paciente debe
realizar en su casa actividades indicadas por el terapeuta, como maximizar los
cuidados higiénicos.
Una de las complicaciones más frecuente es la rigidez articular que
estaría más asociada a la técnica quirúrgica.
Pero antes de entrar de lleno a la terapia, se debe tener en cuenta ciertos
aspectos, de la terapia física descongestiva. Esta es un conjunto de técnicas y
terapias en las que se encuentra el linfodrenaje, cuidados de la piel,
las prendas de compresión y vendajes, y los ejercicios especiales. La
combinación de todos estos elementos ha mostrado dar el mejor resultado.
Se llama Fisioterapia Compleja Descongestiva, porque se combinan varios
acercamientos terapéuticos físicos para producir los mejores resultados y
lograr la reducción más rápida del linfedema; obteniendo resultados aun
mejores. Este tratamiento normalmente dura de 2 a 6 semanas, dependiendo
de la severidad de la condición y el número de miembros afectados. Esta
terapia consiste en cuatro partes principales: el cuidado de la piel,
para prevenir cualquier infección que agrega una carga más al sistema
linfático y para mejorar el estado de la piel; acción fisioterapeuta, que en
este punto se centra; el uso o aplicación de medios que prevengan o
contrarresten la infección, como puede ser la aplicación de UV, láser y campos
magnéticos de ultra baja frecuencia, que además tienen una acción
antiflogística.
El linfodrenaje manual, que es una técnica kinésica, pero que no pertenece
a la mesoterapia, permite ayudar a la activación de las vías linfáticas
intactas como así también a la activación de vías alternas o colaterales que
puedan drenar las partes afectadas y dar lugar a la seudo neo génesis de
la vía linfática.
Actualmente, existe otra posibilidad terapéutica que es el drenaje
bioeléctrico, que aprovechando que las proteínas son netamente polares
(positivas o negativas) se aplican simultáneamente una corriente galvánica y
una alterna de mediana frecuencia modulada para que mediante la atracción o
repulsión de carga le de un sentido de trayectoria a las proteínas que se
encuentran fuera de los colectores, y mediante la sensación de bombeo, se
incremente la actividad linfática (ley de los capilares) La ventaja de esta
técnica es, que no requiere que el fisioterapeuta esté entrenado en drenaje
linfático y nunca se corre el riesgo de hacer una mala técnica.
Otra posibilidad de drenaje es el mecánico mediante las botas de preso
terapia, siendo las de mejor resultado las multiparamétricas secuenciales, ya
que respetan la talla de la persona y trabajan por cámaras aisladas.
Vendas y prendas de compresión, son necesarias durante y después del
tratamiento, para mantener el miembro reducido, y para que rápidamente no
vuelva a recuperar su tamaño previo. También los ejercicios son esenciales,
deben ser bien tolerados y no deben fatigar, como tampoco serán contra
gravitacionales.
Mantener estas reducciones dependerá siempre, si el paciente está dispuesto
a colaborar utilizando en todo momento las prendas de compresión, que cuide y
proteja el miembro afectado de cualquier infección, y que continúe con sus
ejercicios especiales. (Estos ejercicios especialmente diseñados, hacen una
gran diferencia durante y después de la terapia.).
La intervención terapéutica debe ser precoz, diaria y en la mayoría de los
casos permanente, por lo menos a lo que a cuidados personales y ejercicios
domiciliarios se refiere.
El tratamiento también reduce la insuficiencia venosa crónica (qué
tiene un componente de Linfedema), incluyendo úlceras rebeldes causadas por
esta enfermedad. A medida que el volumen disminuye en casos de úlceras o
amenazas de úlceras, se comienza a trabajar con termoterapia profunda (onda
corta).
Al inicio del tratamiento, cuando se busca bajar el volumen del edema, es
aconsejable que el paciente este hospitalizado o en reposo domiciliario,
siempre que cuente con la asistencia para el ajuste nocturno de las vendas, por
otra parte el recorrido al domicilio atenta contra los resultados.
En los mejores resultados terapéuticos, que llevan años, siempre se
presentan edemas residuales aunque sean mínimos en forma permanente o aislada,
por lo que el paciente debe tener terapia de por vida.
Claudio
Carrizo
Lic. Kinesiología y Fisioterapia
PhD. Medicina Estética
Lic. Kinesiología y Fisioterapia
PhD. Medicina Estética
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