
También es común, que estos pacientes, basados en el conocimiento popular,
atribuyan su malestar a un problema del nervio ciático e indirectamente
sospechen de una hernia.
Si bien están equivocados, es verdad el compromiso de este nervio en la
proyección por la gotera retro trocantérea, que es un espacio delimitado por el
trocánter mayor (eminencia ósea del fémur) al abandonar la pelvis y dirigirse
hacia sus destinos finales en el miembro inferior.
Las molestias se manifiestan como dolor unilateral en la mayoría de los
casos que abarca toda la región glútea, lo que hace sospechar de problemas de
origen lumbo sacro.
Para esto existen distintas pruebas de exploración que ponen en evidencia
la contractura del músculo piramidal de la pelvis o piriforme, que da nombre a
este síndrome llamado “síndrome del piramidal o piriforme”
Este músculo es uno de los siete rotadores externos pelvi trocántereos y
que tiene la particularidad de pasar como puente sobre el nervio ciático a la
altura de su inserción en el trocánter mayor.
La función de este músculo es la rotación externa y la abducción (desplazar
externamente en relación a la línea media del cuerpo) del miembro inferior.
Este gesto es común en los futbolistas a la hora de realizar un pase,
situación que se repite en gran cantidad tanto en entrenamiento como durante un
partido. Ahora la pregunta es ¿Por qué no es frecuente esta lesión en ellos
entonces?
Primero que nada el fútbol se desarrolla en terrenos planos, como buenos
deportistas tienen un entrenamiento constate en el que la elongación de estos
músculos, forma parte.
Por otro lado los casos de este síndrome, se dan en pretemporada, ya que es
en este período, que realizan la carga física e incluyen trote en pendientes de
ascenso. Estas pendientes de ascenso son las q ponen en mayor tensión a este
músculo y la falta de elongación o sobre entrenamiento pueden mantener ese
exagerado tono y esta contracción inicial mantenida disminuye el espacio por el
que debe transcurrir el nervio ciático, desencadenando el dolor.
También se
conoce que hasta el 15 % de la población, tiene lo que se llama nervio
perforante, o sea que el nervio ciático atraviesa la masa muscular aumentando
la posibilidad de instalación del cuadro sensitivo motor.
Volviendo a la actividad física en inclinación y sobre todo de ascenso, es
fácil de descubrir la gran incidencia aquí en Costa Rica. El solo observar la
geografía, nos da un panorama de las veces que se requiera la acción de
esfuerzo de este músculo.
Si
presenta alguna de estas manifestaciones, concurra a un centro de Terapia
Física, para que en poco tiempo disfrute de lo que mas le gusta hacer sin molestias.
Para ello recordamos que de acuerdo a la situación de tronco o posición del
tronco que adoptemos, el equilibrio pélvico es mantenido por diferentes grupos
musculares. En la posición vertical, el músculo se mantiene a baja acción con
tono normal, ya que los encargados de la estabilidad son los glúteos menor y
mediano, al inclinarnos hacia delante (45º de flexión aproximadamente) como
ocurre en la carrera o para vencer una pendiente o gradas, esta actividad recae
sobre el músculo que tiene ahora la mayor perpendicularidad de inserción: el
piramidal o piriformes.
Esto es lo que ocurre en los maratonistas, ciclistas de montaña, spining
con mucha estadía de pie y que luego de los 45 minutos de práctica, retornan a
su actividad de oficina, en la que continúan comprimiendo estas estructuras.
Además de los sedentarios como se deduce de lo anterior, hay personas
expuestas a esto que no tienen otra actividad que caminar largas distancias y a
través de varias pendientes o gradas.
Lo bueno de este mal, por así decirlo, es que basta como una buena
inspección clínica, comenzando por la anamnésis, en la que detallan las
actividades físicas, lugar de vivienda, trabajo etc., como así todos los
antecedentes patológicos, se puede poner en evidencia y confeccionar el
tratamiento fisioterapéutico con las debidas correcciones posturales como así
también del gesto deportivo inadecuado que genera este mal. Para descartar
cualquier otra complicación pueden pedirse examen de diagnóstico por imágenes,
aunque en la mayoría de los casos no son necesarios por la manifestación clara
de la contracción en las pruebas resistidas de rotación externa con el paciente
en posición prono, como así también la ausencia de manifestaciones típicas de
una lumbo ciatalgia.
El pronóstico es bueno, no tarda más de 5 sesiones en desaparecer el cuadro
y menos de tres en ceder el dolor y la interferencia a ciertas actividades.
La terapia de presión, muy dolorosa, ya no es necesaria, solo basta con una
modelación termoplástica y elongación.

Claudio Carrizo
Lic. Kinesiología y Fisioterapia
PhD. Medicina Estética
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